Dura derrota en los instantes finales para el Aficionado B, quienes vieron como el Ciempozuelos lograba darle la vuelta al gol inicial de Nevado cuando restaban escasos minutos para el final.
Podríamos ponernos cursis y decir que ayer, doblando la esquina de Octubre para encarar su recta final, el equipo cosechó su segunda derrota consecutiva en la competición liguera pese a "x", y poner una serie de argumentos que hicieran énfasis en que los méritos que a uno, como equipo y como individuo, le hubieran hecho merecido acreedor de la victoria en el dificilísimo campo del Ciempozuelos.
Podríamos ponernos trágicos y señalar las mil y un cosas que tenemos que mejorar, utilizando el partido como excusa para explicitarnos, como individuos y como equipo, en qué dirección debemos encaminar nuestros esfuerzos.
Podríamos quedarnos lamiéndonos las heridas, recordando los típicos "Y si en aquella jugada...", "Qué pena aquel momento de..." "Quizá si hubiera..." y, como individuos y como equipo, quedarnos en el limbo pensando que el azar no estuvo de nuestra parte.
Podríamos ponernos en plan positivo "que guapo soy que tipo tengo" y recordar las virtudes del despliegue colmenareño ayer especialmente durante la primera mitad, de nuestro trabajo sobre el césped o en la caseta, y como individuos y como equipo, dejar el dato de la derrota de ayer, en el último rincón del cerebro, donde habita el olvido.
Incluso podríamos hacer una crónica detalladísima, y hacer bueno aquello que dijo una vez alguien sobre cómo "una derrota contada hasta el último detalle no es muy diferente a una victoria".
Pero en lugar de todo eso, hemos decidido ponernos a trabajar aún más y aún mejor.
Como individuos y como equipo.
