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Juvenil A


16/02/2014
Choque de trenes en el Alberto Ruiz que acabó en tablas

JUVENIL A - Trival Valderas Alcorcón B


Resultado: 2 - 2

Fecha: 15/02/2014

Hora: 16:00

Estadio: Colmenar Viejo - Alberto Ruiz (Ha)

Con dos equipos que no se dejaron ni una gota de sudor pendiente, el campo Colmenareño disfrutó de un encuentro pleno de intensidad, vigor y alternativas en el marcador.

Si alguno de los (a ojo) ochocientos cuarenta y un mil programas de cocina que podemos ver hoy dia en televisión algún día quisiera dar la receta de lo que es un gran partido de fútbol, sin duda debería revisar lo ocurrido este domingo en el estadio Colmenareño, donde el Juvenil A del conjunto local y el Trival Valderas disputaron un choque marcado por tal intensidad que siempre quedará la duda de si algún sismógrafo llegó a registrar algún terremoto.

Ambos equipos llegaban en un momento dulce de su temporada. El anfitrión tras dos victorias ante equipos de la zona noble de la tabla, y el conjunto visitante tras derrotar entre otros al Real Madrid en un vibrante encuentro por 3-2. Además, todo ello sazonado por el amargo recuerdo del partido de ida, en el que los franjirrojos vieron como el Trival les derrotaba por 2-0 en un día en el que nada salió como se esperaba. Hasta el tiempo dio una tregua y tras una semana en la que la nieve amenazó con presentarse al encuentro, las condiciones fueron perfectas para su disputa.

El encuentro comenzó muy de cara para el conjunto colmenareño. A los pocos minutos del inicio y tras una jugada por la izquierda, Johan puso el balón al corazón del área en busca de un rematador, pero un error de la zaga visitante acabó suponiendo el primer gol para el equipo local, quien casi en su primer acercamiento encontraba una ventaja para administrar. El Trival no acusó el golpe y se puso manos a la obra en pos de demostrar que las victorias de prestigio y el segundo puesto de un grupo tan competido como este no se le regala a nadie. Y con tesón, calidad y paciencia comenzó poco a poco a acercarse a la portería defendida por Duri. Tras varios intentos abortados por la zaga Colmenareña llegaría el empate para el conjunto de Alcorcón y de la manera más insospechada. Al señalar el árbitro una falta en la frontal del área franjirroja, el saque rápido por parte del delantero cogió por sorpresa a cuantos estaban allí excepto a su destinatario, quien ponía las tablas en el marcador. Si un sabio del que hemos aprendido todos los que nos gusta esto tantas cosas como Luis Aragonés (que en paz descanse) decía que el fútbol es de listos, cabe imaginar su sonrisa en el cielo mientras veía esta jugada por encima de sus gafas.

Llegado el descanso, ambos equipos se retiraron a sus aposentos antes de un segundo acto que apuntaba alto, muy alto.

El Trival salió de la caseta a disipar todas las dudas y potenciando su apuesta ofensiva, con el Colmenar tratando de permanecer agazapado para cazar alguna contra que le devolviera la ventaja en el marcador. Sin embargo, fue el conjunto visitante el que golpearía primero, de la mano de su velocísimo extremo derecho, quien superó a dos defensores locales por pura potencia y calidad en la conducción para ceder el balón atrás al compañero que entraba al remate. 1-2 para los locales. Un grandísimo rival delante. Más de uno podría pensar que al Juvenil A se le había hecho de noche. Pero nada más lejos de la realidad. Desde hace tiempo, cada día anochece un minuto más tarde.

“Puntos que se van, lecciones que se quedan”. Ese fue el titular de la crónica del encuentro de ida entre ambos conjuntos. Era el momento de demostrar que aquella lección se había aprendido de manera significativa, no para aprobar un examen o adornar una crónica.

Y vaya que sí había aprendido bien la lección. El Colmenar comenzó a tomar protagonismo en el partido, con balón o sin él, comenzó a sumar presencia en zonas donde menos le interesaba al conjunto rival. Poco a poco, fue viniéndose arriba, convencido que nunca llueve eternamente, y como un bloque sólido empezó a nadar en mar abierto. Daban igual las olas, daba igual el aire. Cuestiones de la Fe, sea en Dios, el fútbol o en tu equipo. Sabían que llegaría algún tablón flotando en forma de oportunidad y cuando esta llegara había que estar listos para aprovecharla. Y esta le vino a caer a Diego, una de las caras más sonrientes del equipo, un jugador que sabe hacer de la necesidad virtud.

Este volvió a demostrar que tras su apariencia de jarrón intocable atesora un punto de mira con un cañón en cada pierna. Y que el trabajo da sus frutos, que aunque tu segundo entrenador te diga que estás loco por quedarte a ensayar faltas junto a Uge con el frio polar del lunes pasado a las diez y media de la noche, todo suma.

Y así sumó su gol, tras recoger un rechace en la frontal del área visitante, el menudo mediapunta sacó el bazooka izquierdo, el menos bueno, e imprimió tal potencia al cuero que el meta rival no pudo atajarla pese a su fenomenal estirada. 2-2 con veinte minutos por delante.

El partido iba creciendo en tensión y ritmo competitivo, ni el Colmenar ni el conjunto visitante se negaban a renunciar a la victoria pese a que esto pudiera suponer cometer un error del que sacara provecho el contrario. Pero entre las retaguardias de ambos conjuntos y sus respectivos guardametas se encargaron de anular las oleadas de ambos conjuntos. En cada choque saltaban chispas, nadie daba un balón por perdido y ambas escuadras movían sus respectivos banquillos tocando teclas para ver si alguno acertaba con el acorde, aunque resonaran más los tambores que los violines. Con el pitido final del árbitro la tensión alcanzaría su punto máximo. El deporte, que muchas veces saca lo mejor de todos nosotros, en ocasiones también nos lleva al extremo opuesto, pero finalmente ambos conjuntos pudieron retirarse a su vestuario.

Instantes después, mientras los jugadores se daban una ducha imaginamos que exhaustos por su brillante esfuerzo, ambos cuerpos técnicos dialogaban amigablemente en las entrañas del estadio Alberto Ruiz sobre sus próximos compromisos ligueros y sobre el resto de equipos de la competición.

Pocas pruebas mejores de las bondades del deporte. Nadie dice que esta actividad sea perfecta. Pero nos apasiona a todos los que estamos leyendo estas líneas y choques de trenes, como el de estos dos EQUIPOS con mayúsculas, con todos sus jugadores dejándose el aliento en cada jugada del partido que acaban de leer hacen que, probablemente, nos apasione más.

Fueron un bloque y llevan 7 puntos de los últimos nueve disputados: Duri, Marlon, Kike, Rober, Edu, Adrien, Julián, Diego (Aguirre), Johan (Villa), Carlos (Asier), Mansilla (Joaquín) y Uge.

CARGANDO... POR FAVOR ESPERE