Según la RAE, el viento es la corriente de aire producida en la atmósfera por causas naturales, como diferencias de presión o temperatura. Sirva esto de presentación para el principal protagonista atmosférico. Sólo nos queda jugar con nieve, estoy seguro que llegará.
Partido importante contra el Siete Picos, derbi local, expectación en las gradas. El rival comenzó con ganas y presionando la salida del balón. Nos puso en algún aprieto. “Para ir los primeros, tampoco son nada del otro mundo”, primer comentario de algún aficionado visitante. Poco tardó la realidad en desmentirle.
Exactamente cinco minutos, primera oportunidad. Mario pasa a Guzmán que buscó y encontró el hueco para chutar y ensayar lo que sería la partitura del choque.
En el minuto siete comenzó el concierto, balón que tras rechazarlo la defensa llega a los terrenos dominados por Pablo que casi desde el centro del campo lanza un zapatazo que besa las redes, haciendo inútil la estirada del cancerbero.
De ahí en adelante sinfonía de pases y oportunidades. Mario campaba a sus anchas por la zona medular, conducía el esférico repartiendo a diestra y siniestra ocasiones. Marcos y Carlos le acompañaban entonando un agudo soniquete que rompía la línea defensiva cual cristal de Bohemia.
Mario decidió que el once era un buen minuto para volver a entonar un allegretto vivace, rápido y vivo convirtió el segundo gol.
El concierto iba a entrar en la fase más explosiva. Tres minutos después Marcos remata el tercero. Ciento veinte segundos se demoró Guzmán en deleitarnos con un fortissimo al fondo de las mallas.
El compás iba cumpliéndose a la perfección. En el minuto veintiuno, Carlos se unió. No podía faltar uno de los que mejor interpreta las instrucciones del director. Mario ponía el fine en el primer acto con otro golazo en el minuto veintinueve.
A estas alturas del concierto ya habían dado el do de pecho. Pero ya se sabe que el concierto no acaba hasta que sale la gorda y faltaba el segundo acto.
La segunda parte comenzó como un drama. Dos acercamientos amenazaron nuestra imbatibilidad. Tuvimos la suerte de cara y aunque el balón se paseó por le línea de gol, nadie acertó a empujarlo lo suficiente. Nuestros vecinos del Samaranch consiguieron meternos en nuestro campo durante unos minutos y un gol en claro fuera de juego, nos permitió mantener la puerta a cero.
La composición cambió. Dejamos la música ligera de la primera parte y ahora tocaba interpretar algo más pausado. Seguíamos marcando el compás y dirigiendo el baile, pero con paso más firme, sin alharacas.
Ahora, Óscar, Ulises, Iván y José marcaban el terreno. Con contundencia los centrales sacaban el balón. Las bandas repetían el estribillo de la primera parte llegando hasta el área contraria. En el centro se trataba de recuperar, mantener y construir, paso a paso.
Se sucedían las llegadas, pero con menos suerte o con menos ambición, quizás. El viento comenzó a soplar. Eolo se puso la elástica amarilla del rival y frenaba el balón en los pases que Marcos o Longa trazaban hasta Díaz o Gómez que encontraban los huecos en el flanco de la defensa.
En una de las incursiones por la izquierda, Gómez pone un centro al corazón del área que es interceptada con la mano por la defensa y pitado el evidente penalti. Longa fue el encargado de lanzarlo y trasformó el séptimo y definitivo gol a cuatro minutos del final.
Para los amantes de las cábalas, digamos que el 17 de diciembre ganamos 7 – 0 al club Siete Picos. Una idea para el día 22.
Llegamos al final del primer tercio de la temporada. Con veintisiete puntos en los nueve partidos, con treinta y nueve goles a favor y uno en contra. Liderando la tabla con seis puntos de diferencia sobre el segundo. Pero esto no es lo más importante. Lo que de verdad tiene mérito es conjugar un grupo de chicos que nunca habían jugado juntos y ahora son un equipo. Que seguimos aprendiendo. Que somos más solidarios con el compañero y trabajamos por un objetivo común y no tanto por nuestros propios intereses. (Que no imitarán a Pedro Picapiedra y dejarán el fútbol por los bolos…)
Esto tiene unos responsables David Nevado y Pablo del Castillo. ¡Gracias!
¡Felices Fiestas a todos! Nos volvemos a leer después de las uvas
Jugaron: Jorge (Damián), Hugo (Iván), Óscar, Ulises, José, Carlos (Díaz), Marcos, Mario (Longa), Pablo, Guzmán (Longa) y Gómez.
