Un gran Internacional de Madrid deja buena muestra de su poderío frente a un Colmenar que pasó del empate con oportunidades a un demoledor 2-0 en apenas dos minutos que le condenaron a la derrota.
En la otra punta del mundo, en San Francisco (California, Estados Unidos) anoche hubo una oleada de gente muy feliz con su equipo de fútbol americano. Y de entre todas ellas, una en especial. El entrenador de ese equipo, un treintañero llamado Kyle Shanahan.
Desde el pasado mes de Febrero, el tal Shanahan es el entrenador de los 49ers de San Francisco, y ayer,12 de Noviembre, tras salir derrotado en las primeras nueve jornadas (piensen que la liga regular consta únicamente de 16) logró su primera victoria como "head coach" profesional. En sus primeras declaraciones, señaló como sentía que se había quitado el mono de la espalda (expresión americana similar a nuestro "sacarse la espinita" aunque algo más gráfico) por su primera victoria como entrenador profesional. Acto seguido, expresó su alegría por los jugadores del equipo, aludiendo a cómo cada lunes todos estaban fastidiados, pero cada miércoles (día en que retoman los entrenamientos) todos llegaban con la misma ilusión con la que se llega a la semana del primer partido. Pocas semanas garantizan tanto trabajo e ilusión como la de empezar una liga, créanme.
Trabajo e ilusión tampoco faltan en la caseta del Colmenar. Aquí incluso ya nos quitamos hace tiempo ese mono de la espalda de la primera victoria dentro de nuestra nueva realidad. Lo que no quita para que en ocasiones se puedan presentar ciertos Deja-Vú como veremos ahora que nos lanzamos a contarles el partido. Vayamos a ello.
Ocasiones visitantes. No parece nada descabellado afirmar que los primeros 25 minutos del partido que nos ocupa vinieron acompañados del olor a pólvora en ambas áreas, especialmente en la defendida por el Inter de Madrid, en la que hasta en tres ocasiones, estuvo a punto de llegar el 0-1 que se fue al limbo de las victorias visitantes. Vivi en dos ocasiones supo leer las intenciones de la zaga interista y puso en pie a la afición visitante, y a punto estuvo (tras una formidable jugada marca de la casa que nació en la defensa, creció en el medio campo y llego a metamorfosearse tras llegar al balcón del área) de encontrar a Anto en el interior del área de penalti. El peligro del Inter llegaba especialmente a través de las bandas y por la vía del balón parado, pero el Colmenar parecía una vez más verse bien asentado en repeler sus intentonas. Todo parecían buenos antecedentes, hasta que el Inter logró adelantarse en el minuto 32 del encuentro, tras un espectacular centro desde el costado rematado a la red.
Del groggy al KO en dos minutos. El gol fue un directo en la boca del estómago para el Colmenar. Y ahí llegó la sensación de Deja-Vú, de "esto ya lo he vivido", respecto a la semana anterior. Si Tres Cantos tardó diez minutos en duplicar su ventaja, al Inter de Madrid le bastó la siguiente concesión colmenareña, por mínima que fuera, para enviar a su rival a la lona. Y lo hizo a través del balón parado, con una jugada de pizarra ejecutada a la perfección por los hombres de Francisco Garrido. El Colmenar vivía sus peores momentos en el partido, y uno de los peores pasajes de la temporada, diez minutos en los que el conjunto rojinegro adelantó sus líneas buscando incluso aumentar su ventaja en el marcador, ante lo que los visitantes opusieron su esfuerzo en no doblar la rodilla ni bajar los brazos pese a los pajaritos que merodeaban su cabeza, recuerden aquellos dibujos animados de los ochenta. Antes del descanso, no obstante, el Colmenar volvió a dar señales de vida especialmente por el costado izquierdo y de nuevo llegó a plantarse en las inmediaciones del área de los boadillenses. Llegó el descanso, con el Colmenar preguntándose quién le había robado el mes de Abril en un visto y no visto.
La reanudación no trajo consigo ni el toque de corneta ni el conservadurismo por parte de ninguno de los dos contendientes, lo que permitió que el espectador viviera un partido más abierto que lo que cabría esperar. El Internacional, pese a no vivir su partido con prisas, tampoco buscaba la pausa ni mecer el partido hasta que finalizara, y vivió su partido como en "modo rodillo", como solo son capaces de hacerlo los grandes equipos que además saben manejar perfectamente el ritmo del encuentro. El Colmenar introdujo su primer cambio al sustituir Oh capitán mi capitán David Nevado a Julián en el centro del campo, quien a modo de guiño poco simpático por el destino, chocó cabeza con cabeza en un salto con otro rival que le provocó un corte. La mejor acción ofensiva para el Colmenar en este segundo acto llegaría tras un sensacional chut desde más de 30 metros obra de Huertas, que completó un gran partido en todas las facetas del juego. Pero por si el corte de Nevado no había sido suficiente, las señales de que no era día para remontada llegaron al quedar el Colmenar en inferioridad numérica tras ver Edu su segunda tarjeta amarilla de la mañana. Con uno menos, la remontada pasaba de considerarse difícil a niveles homéricos de épica, más aún si cabe cuando el Internacional puso aún más tierra de por medio con su tercer gol de la mañana. Este llegó por la vía del penalti, cuando tras un formidable balón a la espalda de la defensa, (protestado por el banquillo por posible fuera de juego que las imágenes demuestran que no era tal, y por tanto acertado por el juez de línea) el delantero interista encaró a Sebas en ventaja. El guardameta serrano trató de ganarle espacio pero en el achique el punta fue derribado, señalando el árbitro los once metros.
Tras el tanto, el Colmenar introdujo dos nuevos cambios en las figuras de Maillo y Castro, tratando de al menos acercarse en el marcador a un Inter que nunca bajó el pistón. De hecho, las ocasiones más claras llegaron para el conjunto local. Tras tres minutos de prolongación, el señor colegiado declaró el final del partido.
Empezamos esta crónica hablando de Kyle Shanahan. Y lo hicimos dejando de lado, adrede, la frase más importante de las pronunciadas en esas declaraciones post partido. "Que tuviéramos jugadores que entrenaran así tras tantas derrotas fue lo que realmente nos dio la opción de ganar hoy".
Realmente, ese frase es el único punto en común de ese equipo de fútbol americano con este Colmenar. Y es una suerte tener jugadores que garantizan que eso sea así.
Jugaron: Sebas, Huertas, Víctor. Edu, Ivo, Castillo, Julián (Nevado), Jose Manuel (Maillo), Sergi (Castro), Vivi y Anto.
