Una dura batalla frente al favorito de la liga. El resultado fue lo de menos, y las sensaciones del equipo sí que fueron un ejemplo a seguir.
Llegaba el Colmenar a este partido muy mermado por las bajas, algunas de ellas muy significativas como la de su capitana y estandarte, Anita, que por doble amonestación en la jornada anterior no pudo jugar, y otras tantas lesionadas, por lo que el plantel no era el mejor posible, contando únicamente con la disponibilidad de 12 jugadoras efectivas, y menos aún si tenemos en cuenta el escenario: campo rival y frente al líder indiscutible y favorito para ganar la liga y ascender, el Madrid C.F.
A pesar de las obligadas rotaciones en el equipo, el inicio del Colmenar demostró personalidad, intentando tocar el balón en la parcela del centro del campo y sin rifar aparentemente el balón y con las líneas muy juntas, ya que no era el día apropiado para arriesgar. Esta dinámica duró hasta que el Madrid C.F. se adueñó del balón, aunque la buena colocación y el desgaste descomunal de las jugadoras del Colmenar ahogaban casi siempre el juego interior del rival.
A pesar de ello, el Madrid C.F. encontraba salidas de juego por las zonas exteriores, comenzando a generar peligro y goles por ambos costados, viéndose un poco desarbolado ese entramado defensivo que había establecido el Colmenar.
Aún así, el Colmenar demostró muchos bemoles, y como si a tumba abierta se tratara, sin importar el resultado, seguía intentando atacar y buscar su gol, inquietando en varias ocasiones a la portera rival. Ese gol pudo ser negado por un clarísimo penalti cometido sobre Inés Costa, que tuvo que abandonar el partido al descanso fruto de la entrada de la portera rival, pero el árbitro decidió no señalar la pena máxima y una posible recompensa a tantísimo trabajo realizado por las jugadoras del Colmenar.
El partido transcurriría sin mayores sobresaltos, con alguna llegada aislada del Colmenar y con el Madrid C.F. permanentemente en campo contrario, aumentando su bagaje de goles y exigiendo a las jugadoras del Colmenar lo mejor de sí mismas en los aspectos defensivos.
Es digno de admiración el despliegue y el derroche físico que protagonizaron las jugadoras del Colmenar, demostrando un empaque y una solidaridad que ensalza los valores de compromiso, actitud y compañerismo dentro del equipo, a pesar de que se vieron sobrepasadas tanto en fútbol como evidentemente en lo físico, pero en ocasiones como éstas, las adversidades unen al equipo más que nunca.
Y así fue, ya que nunca bajaron los brazos las jugadoras del Colmenar, hasta que evidentemente se quedaron sin “gasolina” para poder seguir disfrutando de ellas después de semejante paliza y trabajo realizado, pero dejaron patente que va a ser un equipo que nunca se rinde, con indiferencia del rival que tengan en frente, y eso, hace grande a un equipo que quiere aspirar a todo.
Por ello, se llevaron una gran ovación de todo el estadio, reflejo de lo que habían conseguido en el partido y agradeciendo a un equipo que nunca se rindió.
