Colmenar Unchained

1er Equipo


07/11/2016
Colmenar Unchained

C.D. Canillas A - 1ER EQUIPO


Resultado: 2 - 1

Fecha: 06/11/2016

Hora: 11:30

Estadio: Canillas (Ha)

Un gol del Canillas en los instantes finales del encuentro dejó sin puntuar al Primer Equipo de la Agrupación, pese a realizar un gran partido frente al equipo blanco.

Que el fútbol no entiende de merecimientos es algo tan obvio que ni le haremos mención a lo largo de esta crónica. Si cierta tonadillera tenía una canción similar, este cronista hoy cantaría lo siguiente: Hoy debo confesar que esta no es mi única crónica del partido y ni siquiera se si será la mejor. La derrota trajo consigo un buen puñado de frustración para toda la caseta. Mas por el guión que por el hecho de la derrota en sí. En cualquier caso esa primera "no crónica" tuvo su efecto terapéutico. El partido al que nos referiremos hoy tuvo cierto aroma tarantiniano, y su conclusión, como cuando uno ve por primera vez "Django desencadenado", tuvo algo de excesivo para nuestros intereses. Se hacía necesario un segundo visionado de la cinta, o del partido, aunque sea revisitando los recuerdos. Sin prisas de cronometro pero sin pausas para seguir analizando y trabajando. Esto es, mejorando.

Y en ese segundo visionado se percibía mucho más claro como el Colmenar pese a encontrarse con el marcador en contra (a través del lanzamiento de penalti) cuando el encuentro aún no había cumplido sus primeros cinco minutos, supo enderezar la nave cuando esta pudo zozobrar. Tanto antes del gol rival, con la primera conexión Vivi-Anto-Hugo por el costado derecho, como tras el, el equipo rojo amenazaba la meta de los locales, quienes respondían a la propuesta combinativa del Colmenar con juego directo. Sin un dominador claro del juego durante la primera media hora de partido, llegó el punto en que el conjunto visitante comenzó a dejar miguitas en el camino al gol, gracias a la gran interpretación del partido de los laterales colmenareños Isma y Víctor, cuyas incorporaciones, cada vez más frecuentes y mejor coordinadas con Castillo, Guillaume y José Manuel desde el centro del campo, le daban alas (física y metafóricamente) a los serranos, que además se animaron con disparos lejanos de Castillo, Hugo y Anto, que dejaban aroma a pólvora. Atrás Maillo y Edu ejercían de escudo antiaéreo ante el juego rival, que más allá del gol de penalti obligó al guardameta Pablo a dar la mejor versión de si mismo con un peligroso centro-chut que se acabó envenenando y que obligo a la barba más salvaje del lejano norte a una estirada digna de pantallazo para despejarla a córner. El descanso llegó con el conocido 1-0, pero el guion de la película quedaba pendiente de definir. Allí solo se sabía que Django, acaso el fútbol, andaba desencadenado.

El Colmenar salió del vestuario con una idea en la cabeza. Desencadenar su fútbol sobre el perfecto césped del campo del Canillas. El Colmenar, digámoslo ya, rompió a jugar, aumentando una marcha más su velocidad,  lo que trajo consigo que el juego transcurriera cada vez más en las zonas que más le interesaban, Tras un par de avisos ofensivos, con Vivi bailando bajo una lluvia de jugadores rivales, el balón acabó llegando a Anto en el pico del área. Allí recortó, acomodó el esférico y soltó el zurriagazo a ese punto donde los porteros no llegan, explotando la expedición colmenareña con la alegrçia de un gol que además traía un mensaje: todos estamos en el mismo barco. El impulso del gol trajo nuevos bríos al Colmenar quien dio su último giro de tuerca al sustituir Christian a un Hugo que estuvo brillante entre trincheras pese a no tener la recompensa del gol. Apenas instantes después, en su primera intervención, el mencionado Christian dejo claro que traía más dinamita bajo el brazo: aprovechó un balón al espacio para superar al meta rival por alto, pero el bote del balón no hizo el giro necesario y además resultó muy elevado, por lo que el equipo local respiró al ver como el bote alejaba el esférico de la red. Llegaron más oportunidades para el conjunto visitante, tras una buena jugada por banda izquierda con Víctor, el Colmenar dispuso de un córner en el que Edu conectó su remate en el palo largo, pero el destino volvía a guiñarle el ojo a los madrileños saliendo el balón sin el ángulo apropiado. Buscando no bajar de revoluciones, el conjunto visitante dio entrada a Diego en el centro del campo por el siempre batallador Guillaume y a Ceve en sustitución de Víctor, sin que el encuentro cambiara de tónica en exceso, si bien es cierto que el Canillas no solo no perdía la cara al partido sino que comenzaba a tratar de estirarse lanzando algún contraataque con cierto márchamo de peligro. Y en esas andaba el partido cuando llegó el último giro de guión, un robo por parte del equipo local acabó suponiendo un contraataque vertiginoso que puso al delantero local frente a Pablo. Tratando de ajustar el disparo, el balón golpeó en la madera, pero el rechace volvió al mismo delantero quien esta vez no perdonó, poniendo el 2-1 final, y dejando al Colmenar sin apenas tiempo para la reacción, tras ver como había pasado de un punto en el bolsillo y dos potenciales a que al abrir la cartera solo saliera aquella mariposa de los tebeos de Carpanta.

Tras el pitido final del árbitro, el evidente sabor a hiel por la derrota aún estaba presente y ocultaba tras el primer arbol (la dureza del resultado) la frondosidad del bosque y el auténtico mensaje que había dejado el partido: que el Colmenar ya sabe romper a jugar pese a tener todas las circunstancias en contra por primera vez en toda la temporada. Igual es de temerarios afirmarlo tras una derrota y solo tras un segundo repaso a los recuerdos y a unas pocas notas del partido. Pero alguien debe decirlo.

El Colmenar no solo tiene un vestuario de casi 30 personas con un compromiso común. Sino que ya está desencadenado. 

Jugaron: Pablo, Isma, Víctor (Ceve), Maillo, Edu, Castillo, Guillaume (Diego), Jose Manuel, Vivi, Hugo (Cristian) y Anto. 

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