Un solitario gol de penalti y un gran trabajo defensivo le sirvió al Barrio del Pilar “A” para derrotar a un Juvenil A trabajador pero escaso de acierto en ataque.
Y realmente ahí podríamos dejar la crónica si quisiéramos escaquearnos un poco del asunto, pero como no es el caso, trataremos de ampliar un poco la fotografía en palabras del encuentro. No fue un partido de los excesivamente atractivos para el espectador, ni tan siquiera podríamos asegurar que tal cosa ocurriera para los protagonistas de este tinglado del fútbol, pero el partido llegó como llega uno tras pasar unos días en el pueblo en ese paréntesis tras la Semana Santa, con la paliza de esa tunda de kilómetros para un par de días de desconexión y con una torrija de mas en el cuerpo, entendiendo torrija en su dulce sentido literal.
Muy rápido el partido mostró su disposición, el balón sería mayoritariamente para el Colmenar frente a un conjunto anfitrión que trataba de tirar de velocidad para generar peligro en la meta defendida por Uge, si bien es cierto que los acercamientos peligrosos del EF Barrio del Pilar llegaban especialmente a balón parado, ese apartado del juego que como bien afirmó recientemente Gaby Ruiz -que es un señor muy alto (mucho) y muy bueno (el que más para este cronista) comentando partidos de fútbol- funciona de manera absolutamente independiente del desarrollo de los partidos. Mientras el Colmenar trataba de crear el enlace con sus delanteros por tierra, mar y aire, pero con escaso acierto. Ocurrió en estas que en la –posiblemente- mejor jugada ofensiva del rival durante el encuentro, una jugada en el pico del área acabó golpeando la madera, y tras la pugna por el rechace, el colegiado señaló el punto de penalti del área franjirroja, convertido en gol por el lanzador local tras un buen lanzamiento.
Con ese 1-0, a la postre definitivo, se llegaría al descanso, con el Colmenar teniendo la posesión y el dominio del balón, y su rival dominando marcador, tiempo y espacio, que es lo que en el fondo busca cada equipo del universo, más allá de poesías.
La segunda mitad no trajo consigo grandes cambios de escenario, ambos conjuntos comenzaron a introducir diferentes cambios pero el Colmenar chocaba una y otra vez en línea de tres cuartos frente a un conjunto verde de camiseta pero maduro en su rendimiento, sabedores de la importancia de no cometer ningún error en defensa para alzarse con los tres puntos, convertidos a estas alturas de campeonato en oro puro para todos los equipos y que te pueden generar incluso la duda de si aquella chica del cole con gafas de culo de vaso no escondía tras de si toda una Ana Morgade. Tuvo el Colmenar, pese a lo plomizo que se había puesto el ambiente de un día que nació soleado, algunas oportunidades para empatar el encuentro, siendo la más clara una internada de Alex Ventura desde el extremo izquierdo, quien sorteó a los 285 espartanos que salieron a su encuentro para poner un balón al corazón del área que sin embargo no encontró rematador.
Y así poco a poco fue agonizando el encuentro, con un Barrio del Pilar que supo defender a la perfección su ventaja y lanzar algunas contras meritorias frente a un Colmenar que, pese a no tener su tarde volvió a dar la cara del 1 al 95. Y, parafraseando un poco de aquella manera lo dicho por Bielsa hace poco en un celebre vídeo del vestuario del Olympique de Marsella, ese es el mejor argumento para mantener la fe en este equipo. Que este sábado nos tocó “tragar veneno”, pero trabajando así….
Jugaron: Uge, Pablo Arroyo (Lillo), Botey, Leles (Jerez), Portillo, Gil, Diego, Cristian (Ivan), Kike, Alex Ventura, Monir (Tonny) y Jose Jimenez, con Dani y Carlos Forcano apoyando en la grada.
