En un encuentro más intenso que vistoso, el Juvenil A de la Agrupación y el San Fernando “B” sellaron el empate a un gol gracias al acierto de sus guardametas. El punto rompe -por fin!- la racha de cuatro jornadas consecutivas sin sumar de los colmenareños.
#YoNoMeRindo había surgido como mantra a lo largo de la semana dentro del vestuario colmenareño. Es complicado esto del fútbol. Hay ocasiones en las que intervienen elementos “inactivos” que pueden alterar el devenir o el resultado de un partido. Este cronista siempre pone el mismo ejemplo. Recuerden la pasada final de la Champions League. Imaginen por un segundo que el remate de Sergio Ramos a córner de Modric no acaba en gol. Simplemente con que el Atlético (o el propio Courtois) hubiese decidido poner un jugador a defender el segundo palo.
El trabajo de toda la temporada hubiese sido el mismo. El desarrollo del partido hubiese sido el mismo. Las consecuencias, evidentemente, diferentes.
Tiene que ver esto con este partido de manera tangencial. El Juvenil A colmenareño venía en una racha de malos resultados, pero no marcada determinántemente por un mal juego en todos los encuentros (aunque siempre mejorable en determinadas fases) o un fatal trabajo en los entrenamientos (algo por supuesto también mejorable). Pero quiera uno o no, los resultados acaban estando ahí. Depende de la interpretación o el peso que uno quiera darles.
El esfuerzo, también está ahí. Por suerte. Habrá quien piense que todo esto es poesía, asi en plan despectivo. Bueno, pues no sigan leyendo. Ya saben el resultado (1-1) y pueden dedicarse a otros menesteres.
En cambio, aquí pensamos que la recompensa no está en el resultado, sino en el propio esfuerzo. Y ahí arrancamos. Porque el encuentro empezó de manera fulgurante, primero un robo en el centro del campo permitió al Colmenar armar su primer ataque y fue contestado rápidamente por el Sanfer con una jugada que si no llegó a más fue por la sangre fría de Dani, portero colmenareño, y el posterior despeje de una defensa que de inició salió con Botey, Jerez, Portillo y Pablo Arroyo. El Colmenar fue tratando de asumir el control del esférico frente a un conjunto visitante que ya afilaba sus flechas agazapado. Con Ivan en la sala de mandos, Cristian y Diego comenzaron a surtir de dinamita a Lillo, Kike y Monir, asomándose también ellos mismos al balcón del área con la mejor de las intenciones, como en una jugada espectacular por banda derecha en la que Lillo y Monir se asociaron hasta habilitar a Diego, quien puso al meta visitante en un serio aprieto tras un potente disparo. El peligro llegaba por ambas bandas y tras un córner provocado por la tenacidad de Lillo, Botey servía un balón precioso y preciso, que Kike remató inapelablemente a la red poniéndole una sonrisa a la franja, y un poco de colorete. Los siguientes diez minutos esa franja se engalanó y el Colmenar dispuso de alguna ocasión para poner más tierra de por medio, como en un potente chut del ubicuo Botey que el portero detuvo en tres tiempos.
Pero los visitantes no habían venido de paseo a ver la Basílica o la Ermita, sino a competir como es propio de una escuela tan importante como la que nos ocupa, y el equipo –en esta ocasión- negro dio un paso al frente una vez superados los momentos de duda, hasta que en una jugada por su banda izquierda, filtraron un balón al delantero, quien ponía las tablas en el marcador al superar el achique de Dani, quien pese a esta acción ya andaba opositando para MVP del encuentro. Con el resultado conocido de 1-1 se llegaría al descanso.
La segunda mitad comenzó algo tímida pero poco a poco ambos equipos fueron espoleándose. Carlos Forcano saltó a los diez minutos de la reanudación y aportó desde el primer balón que tocó, convirtiéndose en una amenaza desde el flanco derecho para la portería visitante quienes veían como el potente extremo colmenareño aportaba tanta dosis de profundidad como de peligro. El Colmenar siguió buscando maneras de agitar el árbol, saltando al césped sucesivamente Alex Gil, Adrien y Leles, tratando de asentar la retaguardia ante un choque al que se le empezaba a poner cara de “El que marca gana”, además, hizo su debut en la categoría Adrián Gigante “Pitu”, para poner aún más pimienta al ataque serrano. Las ocasiones fueron llegando con cuentagotas en ambas porterías, pero cuando llegaban lo hacían de manera manifiesta, a bombo y platillo. En la más clara para los locales, el ya mencionado Forcano sacó un gran disparo frente al portero, cuyo rechace cayó a pies de Kike pero el remate de este acabaría estrellándose en otro defensor, mientras que en la más clara para los visitantes, ya con el partido agonizando el delantero rival aprovechó un balón a la espalda de la defensa franjirroja para pisar área y hacer temblar las rodillas de todos los colmenareños presentes…excepto de uno. La intervención de Dani suponía acabar con los fantasmas, el temblor de rodillas y hasta con algún dolor de muelas, enviando a córner la ocasión a escasos segundos del final.
Si nos moviéramos solo por los puntos, un punto podría saber a poco, como de hecho sabía según acabó el encuentro. Pero pasadas unas horas, y máxime teniendo en cuenta el trabajo, las circunstancias, la trayectoria, y sobre todo, el esfuerzo, creo que, como diría el flaco Sabina, nos sobran los motivos. ..
…para decir, con la cabeza bien alta, mirando al destino a los ojos #YoNoMeRindo
Jugaron: Dani, Pablo Arroyo, Portillo (Leles), Jerez, Botey, Iván (Gil),Diego, Cristian (Pitu), Kike, Lillo (Carlos Forcano), y Monir (Adrien). Y Uge desde la grada.
