El Juvenil A sufrió su primera derrota de la temporada frente a un Leganés C que supo adaptarse mejor a las circunstancias que fueron sucediéndose durante el encuentro.
El Juvenil A de la Agrupación se presentaba al campo anexo de Butarque el pasado domingo con el firme propósito de añadir tres puntos más a los seis logrados en las dos jornadas previas tras las esplendorosas victorias ante San Fernando y Aravaca, pero de inmediato se pudo comenzar a vislumbrar como el panorama sería radicalmente distinto al de esas citas. Si en ambas ocasiones previas el conjunto franjirrojo comenzó mandando pronto en el marcador, en esta ocasión ya desde los primeros minutos de juego se vio como el partido se presentaba como un choque igualado, mucho centrocampismo y escasas oportunidades para los ataques de ambos conjuntos, con una internada de Lillo tras apertura de Forcano a su banda como acercamiento más peligroso de los visitantes, y un balón cruzado a la espalda de la defensa que acabó siendo detenido por Uge, quien además aprovechó para dar un sobrecogedor golpe de estómago sobre la extremidad del rival, que diría un tal Groucho Marx. Tal es la dureza del estómago de nuestro guardameta que uno de sus propios compañeros echó el balón fuera de banda ante el riesgo de que hubiera heridos. Y tal. El partido prosiguió su marcha y comenzaba el verde a mutar en casillas de un tablero de ajedrez, con ambos conjuntos pugnando por cada centímetro de superficie. Parecía claro que el que cometiera el primer error daría un balón de oxígeno a su rival.
Y ocurrió que el error vino de parte colmenareña, al recibir una tarjeta roja hacia el minuto 30 que dejaba al equipo en inferioridad en un periodo de tiempo cercano a la eternidad. Perdonen que ahora no saque la moralina y reproche fácil pero estas cosas, por un lado, se hablan de puertas para dentro, y por otro, mientras escribo se me vienen a la cabeza errores inmensos de deportistas superprofesionales (…Michael Jordan, Frank Rijkaard, Michel, Stoitchkov, Simeone, Mike Tyson, Zinedine Zidane, Sergio Ramos…) en situaciones no tan alejadas como pudiera parecer, lo cual me parece indicativo de dos cosas: lo viejo que es este que les escribe y que si ni siquiera los semi Dioses están a salvo de esto nadie lo está.
Los quince minutos que siguieron a la expulsión hasta el descanso dejaron al Colmenar en estado groggy, tocado pero no hundido. De hecho el Leganés solo pudo marcar un gol pese al toque de corneta lógico tras una expulsión rival, y hacerlo solo tras una genialidad de su extremo derecho que regateó a tres rivales para ceder un formidable pase al corazón del área.
Llegado el descanso, el Juvenil A del Colmenar salió dispuesto a plantar cara de nuevo, nunca den por vencido a este equipo, háganme caso. No había transcurrido un minuto de la segunda parte cuando Kike recibió un balón cruzado de Alex Gil con un lazo que se encargó de rematar con precisión de cirujano a las redes pepineras, poniendo el empate en el marcador, la cara de sorpresa en los que veían ya el partido finiquitado para los locales y las espadas en todo lo alto. Allí quedaba mucha tela por cortar, aunque poco a poco el campo se fue volcando en contra de nuestros intereses, pese a las sucesivas incorporaciones de Adrien Loens, Iván y Chicho quienes aportaron brega y oxígeno a los castigados pulmones y piernas de sus compañeros. A los pocos minutos del gol visitante, el Leganés comenzó a encontrar esos huecos como minas de oro que aparecen en ocasiones en los partidos, los espacios, que se suelen decir, más por fruto de la mezcla acierto atacante+cansancio defensivo que por la mezcla acierto atacante+errores defensivos y pondrían el 2-1 en el luminoso de Butarque, lo que obligó al conjunto visitante a abrirse más buscando la opción de al menos rascar un punto. Pese a buscar eso, lo que llegaron fueron dos goles del equipo local, que fueron reclamados por la parroquia visitante (especialmente el 3-1, en aparente fuera de juego) y que terminaron por rubricar la primera derrota del equipo, un domingo 28 de octubre, en la jornada 7.
Es decir, casi en noviembre, tras casi dos meses de competición, el “récord” del equipo es 3-3-1, en victorias, empates, y derrotas. Y eso con un bloque recién formado, con margen de mejora, capacidad para aprender de sus errores y con una capacidad de plantar cara más que destacable.
Escrito está unos párrafos más arriba.
Nunca den por vencido a este equipo, háganme caso.
Jugaron: Uge, Arroyo (Botey), Jerez, Portillo, Kike, Alex Gil (Iván), Diego (Chicho), Cristian, Lillo (Adrien Loens), Alex Ventura, Carlos Forcano y Charly.
