Este fin de semana hemos jugado un partido de esos que al final te vas con la idea de que si hubiésemos hecho lo único que sabemos hacer, mejor nos hubiese ido.
Esta vez le tocaba al Infantil B, rendir visita al infantil A de San Agustín de Guadalix, campo grande como el nuestro y equipo otra vez bastante crecidito, sobre todo en sus centrales.
El partido no empezaba mal, nosotros intentando bajar el balón y llegando a su zona de borde de área combinando, unas veces por la banda derecha con Ismael y otras por la izquierda con Guille. Pero cuando el juego llegaba a tener peligro de verdad, nos faltaba esa punta de potencia, velocidad, fuerza, que nos ayudase a dar el último paso para finalizar jugadas.
Aun así tuvimos dos ocasiones, la primera en un corner que no logramos finalizar y otra en una gran internada de Ismael hasta línea de fondo, que tras un pase de la de la muerte, no finalizamos y rematamos al larguero.
A partir de ahí, nos disipamos y nos dedicamos a hacer lo mismo que ellos, que era balones largos y a correr. Y eso a nosotros no nos va, entre otras cosas por que no estamos hechos para ello.
Por dos errores nuestros de falta de ganas, nos metieron los dos goles, uno en un corner y otro en una llegada de ellos por banda que no acertamos a despejar.
Tras el paso por vestuarios, nos dimos cuenta que si no hacíamos lo que sabíamos (jugar al fútbol y combinar), nos iríamos de allí perdiendo igualmente, pero sin la tranquilidad y satisfacción que da, el que al final has hecho algo en lo que realmente crees y con lo que disfrutas.
Y así pasó, salimos confiados en nosotros mismos, en nuestro juego y nuestras virtudes.
Fuimos dueños del balón con criterio en la segunda parte, tuvimos a un equipo potente con el miedo en el cuerpo, creamos dudas al contrario en todo momento y les obligamos a jugar muy replegados dentro de su campo con los once jugadores.
Haciéndoles caer continuamente en fuera de juego y volviendo a tener el balón.
Así acabó un partido que perdimos 2 a 0, pero que ganamos en algo tan sencillo como en confianza.
Nos trajimos una buena lección, si creemos en nosotros, podremos perder, ganar o empatar; pero seguro que lo que haremos, será disfrutar.
